jueves, 27 de agosto de 2015

Tú no, bicho

En la entrada de ayer, este bloguero comparó el uso de las redes sociales virtuales con un arma en manos de los políticos, en tanto en cuanto es un instrumento del que pueden servirse en una lucha figurada por ganar elecciones y, con ello, llevar a cabo las políticas en las que creen o beneficiar a los intereses de los que se consideran deudores.

Las redes sociales virtuales son también un arma de doble filo. Sirven también para que el ciudadano pregunte, pida explicaciones, apoye o critique a sus representantes públicos.

Existen formas de comunicación privada (e-mails o DMs) o pública (Twitter, facebook, instagram...) En cuanto a las primeras, soy bastante aficionado y he de decir que los políticos locales y nacionales, suelen responder, más tarde que temprano, pero con amabilidad y corrección.

En el segundo caso, la interacción suele ser más difícil. Vamos a hablar solo de twitter. En política local, he comentado tuits de todo el arco político, con desigual resultado.

Tal vez las dos discusiones más duras las he tenido con Guillermo Barber (PP) y con José Manuel Prieto (PSOE). La discusión se produce cuando discrepas de un tuit, lo comentas y el político "entra al trapo" y sigue con las respuestas. Prieto es educado y persistente (demasiado tal vez), quiere convencer pero le falta algo de cintura, no rehuye la lucha y eso no siempre es bueno. Barber suple la falta de argumentos con ataques ad hominem, no bien encaminados en mi caso, como si el menosprecio del contrario fuera un argumento.

Otros no entran al trapo. Una respuesta con el discrepante le vale a Diana Morant o a Arturo Torró (casi siempre, porque Arturo no duda en faltarle a quien disiente de su opinión y baja al barro con demasiada facilidad), y ese suele ser el final de la interacción. Si yo fuera asesor de comunicación de un político, este es el modus operandi que le recomendaría: acuse de recibo con agradecimiento o réplica y nada más.

La mayoría de las cuentas, sin embargo, solo buscan hacer algo de publicidad de sus ideas entre los afines; no ven como una herramienta de pluralidad, obvían al ciudadano (a veces incluso al favorable) y silencian o bloquean al discrepante.

Twitter da la posibilidad de bloquear una cuenta para evitar un acoso, aunque normalmente se usa para no oír al que no opina como tú.

Particularmente tengo tres bloqueos de políticos o partidos de Gandía... o al menos solo voy a comentar estos tres.

EUPV-Gandía (@eupvgandia) me bloqueó en campaña por preguntar sobre el pacto que les unía a Compromís. Nahuel y los suyos no admitieron preguntas respecto de las convergencias políticas entre el Bloc y EUPV, o tal vez les molestó que les recordara como acabó aquel pacto autonómico entre Oltra y Gloria Marcos. Muy malos modos.

Mónica Richart (@richart_monica) hizo una sensacional campaña para las elecciones. O eso le dijeron. Se veía concejal (¿se la imaginan en el lugar de Ciro?) y se apoyó en las redes sociales... mal. Lo que ganaba con la publicidad gratuita y las buenas ideas de difusión lo perdía en cuanto contestaba a cualquier pregunta o se enrabietaba en twitter. Acabó teniendo más cuentas bloqueadas que followers y autojustificándose en que la critican por ser mujer y rubia (le falta decirse que es por guapa) cuando su partido, si hubiera tenido probabilidades, hubiera dado mucho juego, porque cada propuesta era una nueva insensatez. Victimismo para no admitir debate de sus ideas.

Víctor Soler (@visoben) es un pésimo comunicador... y sin embargo es el portavoz del grupo popular. Algunos quieren ver en él al sucesor de Arturo dado que no hay poder que repartir en Valencia y menos influencia para que él lo toque. Lo más probable, sin embargo, es que se queme en el parlamento valenciano en una sola legislatura y su cercanía a Arturo no sea compensada por otros encuentros. A lo que vamos, que te bloquee Soler es fácil. Yo simplemente pregunté "¿Me podrías explicar la diferencia entre estado laico y aconfesional?" No es maleducado porque no contesta. Es el portavoz, repito.

Otro ejemplo de los más ruines, aunque a mí no me bloqueó, es el uso de la cuenta institucional del ayuntamiento que se hizo durante la legislatura de los populares, bloqueando a los ciudadanos que discrepaban con el PP.

En fin, uno no puede tener la piel tan fina cuando está en la vida pública y menos cuando aspira a estar o está al servicio del ciudadano.

El uso de las redes sociales virtuales es el arma de los políticos en el siglo XXI. A ver si espabilan.

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