miércoles, 26 de agosto de 2015

El uso de las armas

A lo largo de la historia, aquellos que han sido capaces de encontrar nuevas tecnologías se han impuesto sobre sus coetáneos.

Cuando los sumerios dominaron el bronce obtuvieron con él la preponderancia frente a los pueblos que los rodeaban. La difusión de esta tecnología llegó a Egipto que se convirtió en la civilización de referencia en Oriente Próximo. Hasta que llegaron los hicsos, con sus carros y arcos compuestos. Más tarde el uso por parte de los asirios del hierro les llevó a que su imperio fuera el predominante.

A veces no se trata de un adelanto tecnológico, sino de saber usarlo. Las falanges griegas o las legiones romanas no tuvieron siempre mejores armas que sus oponentes, pero supieron usarlas. Con menos hombres y armas similares, los griegos fueron capaces de enfrentarse y derrotar a los que parecían todopoderosos persas.

Hoy en día, la política española es un escenario de "guerra" y la tecnología con la que se baten es variada. PP y PSOE dominaron los medios con los que se libraron las batallas en los finales del siglo pasado y los primeros años de este. El PSOE supo mantener un discurso más inteligente y que llegaba mejor, anulando en los años 80 y hasta los 90 a su izquierda y manteniendo al PP en un segundo plano del que parecían incapaces de escapar.

Así hubiera seguido el PP "ad eternum" si no hubiera cambiado su estrategia. Puesto que su discurso no es atractivo ni tienen nada que ofrecer, el objetivo está en comprar los medios. La derecha dispone de numerosos medios (radios, prensa, televisiones...) a través de los que influir en la opinión pública. Estos medios le propulsaron al poder en la década de los 90 en casi toda España.

Los que poseían medios de masas dominaron la posibilidad de llegar a la población y con ello al poder. En 2004 se produjo un lapsus. Una incipiente Internet logró volcar unas elecciones cuando pasó algo que algunos no podíamos ni creer y desenmascaró las mentiras de un ministro del interior. Mariano Rajoy, que no había dudado en cargarse la jornada de reflexión (repasen la portada de El Mundo de ese sábado si no tienen memoria), vio como los móviles e Internet hacían que los españoles fueran en masa a votar y, cuando España se moviliza, España no es de derechas.

Sin embargo, no sirvió para que los instaurados en el sillón vieran la fuerza de las nuevas tecnologías. En 2011, en vísperas de unas municipales, las opiniones de otras fuerzas corrían por las redes y la acampada del 15M llegaba a todos los hogares. Teníamos acceso a los medios de todo el mundo. Por eso daba risa ver como las principales cabeceras de Francia, Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos... contaban lo que pasaba en la Puerta del Sol en portada mientras los medios españoles controlados por los mismos que se presentaban a las elecciones, intentaban silenciarlo.

Whatsapp, Twitter, Instagram, Facebook, la blogosfera... los medios están multiplicados y cualquiera (yo soy un ejemplo) puede escribir su opinión y ver como al menos unos cientos de personas la leen directamente. Nuevas ideas han llegado a los parlamentos autonómicos y a algunos ayuntamientos tras las elecciones de mayo. Nadie duda, además, de que, tras las elecciones ruinmente atrasadas a diciembre, el parlamento español va a sufrir cambios importantísimos, por más que los medios "tradicionales" hablen de caída de los partidos emergentes antes de que su ascenso les haya llegado.

El problema del PSOE y del PP es que no saben cómo usar las redes sociales virtuales. Especialmente el PP tiene un problema muy grave puesto que el discurso retrógrado en lo social e injusto en lo económico difícilmente puede encontrar una buena recepción. Ahí le supera Ciudadanos, con un discurso que huele menos a carcunda y una mejor retórica para vender el liberalismo salvaje (excepción hecha de Gandía, donde Ciro Palmer parece menos ultraliberal con actitudes retrógradas y caritativas en lo social). También UPyD, que aspira a encontrar desencantados de ambos partidos con un discurso ambiguo.

El PP de Gandía tal vez era consciente de su carencia en las nuevas redes y por eso intentó comprar las viejas.

El PSOE, por su parte, tiene un discurso más atractivo y caras nuevas, aunque la izquierda lo mira con desconfianza porque a los ciudadanos de izquierda siempre nos parece que se quedan cortos, porque la política real siempre está alejada de lo que querríamos y la Justicia o la Igualdad son conceptos peleados con la Realidad. Tendemos al desencanto.

Podemos, Ciudadanos saben usar las nuevas redes y en eso les aventajan (UPyD que empezó bien, está perdiendo esta guerra). Algunos, como Ciudadanos, Podemos o Compromís tienen acceso a los medios tradicionales. Pero Podemos, además, usa como nadie las nuevas redes.

En Gandía, Twitter es un cúmulo de despropósitos. El PP, Ciudadanos y Compromís no saben usar las redes y el PSOE, apenas (salvo solo a José Manuel Prieto, aunque menos de lo que él se piensa).

Algunos concejales no tienen siquiera cuentas en las redes, tal vez en la creencia de que el futuro es una moda de la que pueden vivir ignorantes, ellos que han sido designados para perfilar dicho futuro.

Otros la usan ocasionalmente y casi ninguno establece una relación con sus electores; lo cual se agrava en algunos casos cuando las opiniones de estos no les gustan. ¿Cómo es posible que tarde menos en responder a un correo el President de la Generalitat que el concejal de mi barrio o la alcaldesa? ¿Cómo es posible que un conseller responda a los DMs (mensajes directos) y un concejal, no?

Las armas están ahí para todos, pero aprender a usarlas puede suponer la diferencia entre ser griegos o persas en las próximas elecciones.

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