Como historia es graciosa. Sirve para aquello de "no simplemente nos impliquemos, comprometámonos".
Quienes piden compromiso, olvidan, sin embargo, que la postura más común en la sociedad es la del cordero, es decir, la de quien ni se implica ni mucho menos se compromete. Es cierto que su destino será el mismo que el del cerdo cuando se enciendan las brasas para la comida.
Los políticos se ven a sí mismo como comprometidos, aunque muchos difícilmente llegan a implicarse con sus ciudadanos. Y de eso en Gandía algo sabemos.
Ahora llega el momento en el que los ciudadanos estamos bastante comprometidos... a apretarnos el cinturón y toca saber si vamos a callar, a opinar, a mojarnos o a pasar.
Este, Cuervo Ingenuo, se va a mojar un poco, pero con la lengua de serpiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario